¿Has escuchado el término, pero todavía desconoces qué es procastinar? ¿Te han dicho que eres un procastinador nato y quieres saber si debes sentirte ofendido?
Hoy hablaremos sobre la procastinación, y si eres estudiante, presta mucha atención, ¡porque esto te interesa!
Probablemente hayas oído alguna el viejo refrán “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Pues bien, ese es un mensaje directo a los procastinadores. Y es que procastinar es dejar las cosas siempre para después. ¿Y qué pasa cuando haces eso? Pues que tarde o temprano se quedan cosas sin hacer, no cumples los plazos, tu rendimiento cae en picado y tienes problemas.
Si eres estudiante, la procastinación es tu enemigo mortal, porque cuando aplazas constantemente tus tareas, tarde o temprano llegan los agobios, no puedes entregar tus trabajos a tiempo o suspendes tus exámenes.
En este post profundizaremos un poco más en la procastinación y te daremos unos útiles consejos para dejar de procastinar.
Qué es procastinar y por qué lo hacemos: la ciencia responde
Para combatir mejor a tu enemigo, debes conocerlo bien. Y por eso queremos que comprendas mejor cuáles son los mecanismos que nos llevan a dejarlo todo para el último momento. La ciencia ha llevado a cabo diversos estudios sobre el fenómeno de la procastinación, y aunque es un tema muy extenso, algunas de las conclusiones breves pueden ayudarnos a entender mejor el problema.
En primer lugar, los estudios han constatado que quien tiene por costumbre procastinar está sometido a un mayor estrés, soporta más frustación, y en definitiva, es más infeliz. Pero ¿por qué lo hacemos, si nos provoca infelicidad? La respuesta está en nuestra química cerebral.
Nuestro sistema límbico dispone de un mecanismo de recompensas. Gracias a él, cuando realizamos determinadas actividades, segregamos dopamina, y eso nos hace sentirnos bien.
Al procastinar, aplazamos tareas que nos resultan tediosas, nos provocan nerviosismo o tensión, o simplemente nos desagradan, y en su lugar realizamos otras más placenteras.
Es así como poco a poco, y casi sin darnos cuenta, podemos volvernos unos grandes procastinadores. Nos convertimos en unos adictos a la recompensa que obtenemos al hacer lo que nos apetece, y no lo que debemos hacer para obtener un bien superior que recibiremos en un plazo mayor de tiempo.
Si juego ahora a la Play recibiré placer inmediato; aunque si estudio, estaré sacrificando esa recompensa momentánea por un bien mayor en el futuro: graduarme.
Si eliges jugar, ¡eres todo un procastinador! Pero no te preocupes, tenemos aquí algunas recomendaciones que te ayudarán a tomar el camino correcto.
5 consejos para dejar de procastinar
Lo dicho, para rendir como estudiante debes abandonar por completo la procastinación. Y para lograrlo, los siguientes consejos te vendrán de perlas.
#1. Planifica tu tiempo
Ya sea mediante Google Calendar, una app o sobre el papel de toda la vida, ¡te tienes que planificar! Llevar tu agenda al día, con todas tus tareas correctamente calendarizadas te permitirá organizar mejor tu tiempo, y evitará que seas poco realista con las tareas que puedes aplazar sin que tenga consecuencias nefastas en el futuro.
#2. Trata de mantener tus rutinas
En los años 50 del pasado siglo, el cirujano plástico Maxwell Maltz observó que el cerebro de sus pacientes tardaba 21 días en adaptarse a la nueva imagen, y contrastó el mismo patrón en otros aspectos de la vida de pacientes de otras áreas de la medicina.
Su descubrimiento ha sido rescatado en la actualidad por numerosos coach que afirman que es necesario mantener un hábito al menos hasta el vigésimo primer día. A partir de entonces, ya no nos cuesta trabajo realizar nuestras tareas.
Si has decidido empezar a estudiar con tiempo suficiente para la evaluación, no lo aplaces el primer día. Empieza tu rutina de estudio y cúmplela como algo sagrado durante los primeros 21 días. Después te costará mucho menos ponerte a estudiar.
#3. Crea tu propio sistema de recompensas
Tu cerebro no te podrá engañar… ¡si te adelantas y lo engañas a él primero!
Si el problema de los procastinadores es que se convierten en adictos a las recompensas inmediatas, debes incluir en tu rutina de estudio un mecanismo de recompensas.
Por ejemplo, salir a tomar el aire 5 minutos por cada hora de estudio, o comerte un helado de chocolate tras haber finalizado las tareas académicas que tenías pendientes para hoy.
De ese modo, tu cerebro percibirá un placer inmediato mientras trabajas intensamente por un bien mayor a medio-largo plazo. Fácil, ¿verdad?
#4. Elimina las distracciones
En un post anterior hablamos de las mejores aplicaciones para estudiantes, y vimos que había una app, SelfControl, que te permitía bloquear toda la actividad de Internet (correo electrónico, redes sociales, etc.) durante el estudio, si trabajas con un MAC.
Pero en realidad la app no es obligatoria, y puedes conseguir el mismo resultado con un poco de voluntad. No mires tus notificaciones de Facebook, tu correo o tu Instagram cada 5 minutos. ¡Hacerlo destrozará tu concentración!
Cada tarea que no acabes debido a las distracciones, tendrás que aplazarla, y estarás dando los primeros pasos para convertirte en un procastinador profesional. ¡Evítalo a toda costa!
#5. Estudia en un ambiente adecuado
Eliminar las distracciones es un buen paso para empezar; pero hay muchos otros requisitos que debe cumplir el adecuado ambiente de estudio.
Debe ser un espacio confortable, silencioso, limpio y bien equipado, entre otras cosas. Conseguirás cansarte menos, pasar más horas dedicadas al trabajo y rendir más durante el tiempo que permanezcas allí. De este modo reducirás las probabilidades de dejarte tareas sin hacer y posponerlas para otro momento
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